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África 2008. La Crónica.

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  • #21
    Iniciado por car
    Sergi, sigue en cuento puedas por favor ;)

    No voy a comentar demasiado por no distanciar la crónica de un día de la de otro... pero al final si que hablaré :p
    Comenta, comenta sin miedo, que así animaremos a Dj a que tambien caiga por aqui.

    Intento contar y explicar todo lo que se me ocurre pero seguro que me dejo cosas en el tintero, 35 días dieron para mucho...

    Un saludo,
    Sergi

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    • #22
      Aqui esoerando la tercera entrega de la saga, ains os quiero ver en los coches montaus ya....

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      • #23
        Iniciado por SergiGG
        Comenta, comenta sin miedo, que así animaremos a Dj a que tambien caiga por aqui.
        Sergi
        Tranqui Boss, que no se me salta una...

        Ah, y haz el favor de no poner más fotos cayendome la baba que va a parecer que me tiré todo el viaje sobando...

        Yo intentaré comentar alguna anecdota o curiosidad que recuerde (si el alzeimer me deja)...

        En concreto en el aeropuerto de Munich dio la casualidad que estaban grabando ese día un programa de televisión con público y todo. Debía ser algo muy serio tipo tertulia política o deportiva, la cuestión es que nos paramos detrás de las cámaras para observar un ratillo, pero despues de hacernos notar como buenos españoles escandalosos, (seguro que algún alemán en su casa escucho alguna brillante puntualización del Marc a tan interesante debate), decidimos salir por patas ante las nada amistosas miradas del público, productor, regidor, presentador y tertulianos invitados... :? :shock:

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        • #24


          Andaaaaa, ya sabemos quien va hacer el anuncio del próximo sorteo de navidad soplando el polvillo dorao. :badgrin: :badgrin:

          Mas, mas, mas :D

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          • #25
            si es que sere desesperado y no me gustan me cuenten el final de las pelis pero yo aun temo por los dos nenes que metieron en ese contenedor grande y feo jajajaja. asi que a seguir..... :badgrin:

            Comentario


            • #26
              Vaaaaaaaaaaaaaaammooooooooooooossssssssssssss¡¡¡¡¡

              El caso es que DJ siempre o casi siempre sale con los ojos semi cerrados

              Comentario


              • #27
                Sergi, no se te ocurra pensar que DJ va a poner fotos en la cróncia... sabes que no

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                • #28
                  Iniciado por acosof
                  si es que sere desesperado y no me gustan me cuenten el final de las pelis pero yo aun temo por los dos nenes que metieron en ese contenedor grande y feo jajajaja. asi que a seguir..... :badgrin:
                  Tranquilo acosof, que conocemos gente que ha hecho lo mismo un par de veces y no han tenido el mas minimo problema, aparte de los tipicos retrasos de entrega ;)

                  Comentario


                  • #29
                    Y el capítulo de hoy? :? . Es que los que estamos enganchaos a ésta crónica lo echamos en falta :)

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                    • #30
                      Esto es como bety la fea, que los capitulos son de lunes a viernes y los fines de semana toca descanso ¿o que?

                      Comentario


                      • #31
                        Espero que el lunes nos depare una nueva entrega

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                        • #32
                          Capítulo III. Cape Town

                          Nuestra llegada a Cape Town ha sido más o menos rápida, si bien hemos cogido un poco de tráfico, esto no nos ha molestado demasiado. Son muchas las novedades en todo lo que vemos y un paso más lento a veces es incluso de agradecer.

                          El taxi se dirige a la zona del puerto, donde tiene sus oficinas la empresa que nos ha organizado el transporte de los contenedores. Éste es el primer paso a dar, informarnos de la situación actual e intentar discernir cuándo tendremos nuestros ansiados vehículos.

                          Nada más llegar, bingo!, nuestro principal contacto y con el que habíamos intercambiado diversos correos está de vacaciones y no nos había dicho nada. Bienvenidos a África!

                          De todas formas parece haber dos personas a cargo de nuestra operación que muy fríamente nos informan en la misma recepción del estado del envío. El barco aún no ha llegado, tiene prevista su entrada está misma tarde en el puerto de Cape Town. Quedamos en llamarnos, aunque tenemos claro que pasaremos mañana por la mañana a primera hora.

                          Nuestra intención es buscar donde alojarnos mientras dure la espera y aunque teníamos echado el ojo a un hotel cerca de aquí, tras ver las habitaciones, decidimos ampliar un poco la búsqueda. Yo no llegué a verlas, pero Toñi y Ainhoa nos las comparan con las del ferri que hace el trayecto Alicante-Nador, aunque algo más sucias…

                          Hace bastante frio y no vamos vestidos para esas temperaturas, así que nos metemos en un pequeño local, que desde hoy se convertirá en el centro neurálgico hasta el momento de conseguir los coches. Este acogedor local hace las veces de bar de desayunos a la gente que trabaja en las oficinas cercanas, los cuáles nos observan con la misma curiosidad que nosotros a ellos.





                          Con la ayuda del Garmin de Jose comenzamos a andar por las calles hacia el centro de la ciudad, allí encontramos el hotel Fountains, donde nos ofrecen dos habitaciones apartamentos que son ideales para nuestras necesidades al estar equipadas con cocina. Como curiosidad, desde el balcón se puede ver Table Mountain a un lado y el puerto a lo lejos por el otro.





                          Descargamos los pocos bultos innecesarios que llevamos y nos vamos a pasear por la ciudad. Nuestra intención es llegar al Waterfront, o lo que sería lo mismo, el paseo marítimo de Cape Town. Es la zona más turística de la ciudad y donde se puede encontrar prácticamente de todo. Nuestro objetivo es comprar algo de ropa de abrigo ya que lleva toda la mañana chispeando y el viento es realmente molesto a ratos. Suponemos que es lo que tiene que en sus costas confluyan dos océanos, Atlántico e Índico.

                          El camino hacia el Waterfront es animado y seguimos sorprendiéndonos con las diferentes situaciones que se nos brindan.





                          Tras un buen rato caminando llegamos y empiezan a proliferar las tiendas para turistas con la típica artesanía africana, el paraíso del ébano.





                          Nuestros estómagos empiezan a rugir. No hemos comido nada desde el desayuno y empezamos a buscar donde llenar el buche. El tiempo va empeorando poco a poco, y a lo lejos aparecen unas enormes olas que rompen contra las rocas, realmente impresionantes y eso que estábamos aún muy lejos.





                          Al final nos decidimos por un bonito restaurante en el puerto realmente muy acogedor. No debe ser una época demasiado apropiada para el turismo y tenemos todo el restaurante para nosotros solos, cosa que aprovechamos y tras la comida, Jose y Toñi degustan un Roibos (té sudafricano) mientras nos relajamos un poco y entramos en calor.





                          Para sorpresa nuestra, de repente Toñi mira por la ventana y ve como un grupo de leones marinos ha salido del agua y empiezan a comer los restos que les ofrecen la gente del restaurante. Esto hace las delicias de los niños que dejan de corretear por todo el local para salir a ver los animales.





                          Tras la comida continuamos paseando por las calles del puerto, donde aprovechamos para comprarnos algo de ropa de invierno. Estamos hartos de pasar frío, y el tema de los coches nos da en la nariz que va para largo.

                          Caminando, caminando, llegamos hasta el rompeolas que veíamos antes a lo lejos, realmente impresionante! Tanto las olas como los barcos que se ven a lo lejos en alta mar, no me cambiaria por ellos, los ves aparecer y desaparecer entre la olas. Supongo que ellos estarán acostumbrados a estos océanos pero a nosotros no deja de impresionarnos.





                          La tarde empieza a caer y decidimos volver al hotel a descansar un poco, la sagrada siesta!

                          Nos juntamos en nuestra habitación y decidimos bajar a la calle a comprar algo y comerlo todos juntos en el hotel. En recepción nos dicen que no es una gran idea, ya que de noche Cape Town no es una ciudad segura. Vigilancia privada con Kalashnikov, vallas electrificadas y "Armed Response" en muchas de ellas, nos hace desistir de darnos una vuelta para encontrar algo, y un pequeño restaurante japonés a veinte metros del hotel nos parece una buena opción.

                          De todas formas el chico del hotel nos acompaña y nos espanta a los "pintas" que cualquiera diría que nos estuvieran esperando. Compramos algo de Sushi y comida variada japonesa y en unos minutos estamos en la habitación conversando animadamente del primer día en Sudáfrica, que a todos nos da la impresión de haber sido larguísimo.

                          Antes de irnos a dormir descargamos fotos de las cámaras en los discos duros, tarea que se convertirá en rutina de cada noche.

                          El último pensamiento antes de dormirme está claramente identificado con un contenedor…

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                          • #33
                            Me pareció increible vuestro viaje. Antes de que comenzara ya iba siguiendo los progresos en vuestra web.
                            Muy buena la crónica e increibles las fotos.

                            Comentario


                            • #34
                              La espera de los coches se os debió hacer interminable. :D

                              Comentario


                              • #35
                                joe se me esta haciendo mas larga la espera que para ver entera la saga de el señor de los anillos.

                                Comentario


                                • #36
                                  No sé porqué, me da la impresión de que me he quedado corto con el pedido de palomitas :badgrin: :badgrin:

                                  Muy guapa la crónica Sergi..., pero me temo que nos vas a hacer sufrir muchooooo :D :D

                                  Comentario


                                  • #37
                                    sergi, que envidia tio, me voy a la cama, espero que mañana haya mas eh?...

                                    Gracias. :D

                                    Comentario


                                    • #38
                                      Pues aunque parezca mentira, larga larga la espera se nos hizo principalmente el dia que acabais de leer... despues todo es mentalizarse que estas de vacaciones y el resto viene solo.

                                      En breve, nuevo capítulo...

                                      Un saludo,
                                      Sergi

                                      Comentario


                                      • #39
                                        Venga, venga, que ya me puesto al día con la crónica y me falta el capítulo 4º... a ver, no nos hagas esperar :D . Saludos,

                                        JotaEle

                                        Comentario


                                        • #40
                                          Capítulo IV. The Cape of Good Hope

                                          Esta mañana el día se ha levantado igual de gris que los anteriores. Tras el desayuno de rigor, nuestro primer objetivo es dirigirnos de nuevo a las oficinas de Röhlig para ver si saben algo nuevo de nuestro contenedor.

                                          Nos cuentan que nuestro barco entra esta mañana en el puerto y que dependiendo de esto y del proceso de descarga los coches los podríamos tener mañana miércoles o quizás el jueves por la mañana.

                                          Como estamos de vacaciones, y lo último que queremos es hacernos mala sangre, decidimos no quedarnos en Ciudad del Cabo y buscar actividades que realizar. El primer paso es alquilar un coche que nos de libertad de movimiento durante estos dos días que seguramente nos toque quedarnos en la ciudad.

                                          Localizamos en el mapa una empresa de alquiler de vehículos y nos hacemos con un pequeño utilitario, aquí se llama Volkswagen Chicco, pero en la península juraríamos que es un VW Polo de los años 80. Nada del otro mundo, pequeño, pero suficiente para el uso que queremos darle y sobretodo económico, ya que no queremos dejarnos las mitad del presupuesto por tres días de retraso en conseguir los coches.

                                          En la misma agencia nos proveen de un mapa de la zona que cubre toda la provincia y el primer punto por el que nos interesamos todos es el Cabo de Buena Esperanza, punto más sudoeste del continente africano.

                                          Esto no entraba en nuestros planes originales aunque lo dejamos en el tintero dependiendo del retraso del vehículo y como este punto, el del retraso, se ha cumplido, podremos visitarlo.

                                          La carretera no es mala, pero cuenta con el inconveniente de tener que circular por la izquierda. Jose declina en mí la responsabilidad diciendo que ya tendrá tiempo de experimentar cuando tengamos los Toyota, mamoncete…

                                          Mientras vamos pasando pequeñas poblaciones y numerosos sucesos dignos de todos los ala!! y ostras!! imaginables, nos encontramos con un grupo de coches y gente parados en el arcén y mirando hacia el mar.

                                          Estamos animados y con tiempo así que paramos a cotillear cual es la causa de tan gran expectación, y cuál es nuestra sorpresa al ver a escasos cien metros de la playa un grupo de ballenas que aparecen y desaparecen entre las olas. También llegamos a oír sus gritos, y que dada la distancia que nos separan sorprenden por su volumen.





                                          Estamos en la vertiente este de la península por lo que le damos la cara al océano Índico, el contraste de colores es impresionante, y el día poco a poco parece que se va aclarando.





                                          El negocio es el negocio y la zona en la que se encuentra el Cabo de Buena Esperanza es parque natural por lo que el acceso está regulado y como no, hay que pagar, aunque el precio es aceptable.

                                          Seguimos las numerosas indicaciones por una estrecha carretera y en poco más de quince minutos llegamos a la punta del cabo. El lugar es realmente impresionante. Se podría decir que aquí confluyen los dos océanos aunque en realidad "oficialmente" eso ocurre varios kilómetros más allá.

                                          Algunas avestruces nos acompañan mientras caminamos hacia el cartel que indica la latitud y longitud en la que nos encontramos y un numeroso grupo de pájaros sobrevuelan nuestras cabezas en una correctísima formación.

                                          Pasamos un buen rato disparando nuestras cámaras en todas las direcciones y contemplando el atardecer.








                                          Tomamos el camino de vuelta, y volvemos a parar en un mirador desde el que se ve toda la bahía. Una placa metálica indica que este es un punto de observación de ballenas, y realmente llegamos a ver alguna más, aunque la distancia aquí es enorme, nada comparado con las que hemos visto en la playa esta mañana.








                                          Reemprendemos de nuevo el camino y decidimos volver por la vertiente atlántica, y por carreteras secundarias que bordean la costa dirigirnos de nuevo hacia Cape Town.

                                          Justo a la salida del parque natural, un grupo de babuinos se han instalado en la misma carretera y nos entretienen con sus juegos y sus gracietas.





                                          La tarde empieza a echársenos encima y como tenemos bastante claro que mañana aún no tendremos los coches (ya lo confirmaremos mediante llamada), pensamos que la mejor opción es buscar un B&B y pernoctar por esta zona, para mañana seguir con nuestras expediciones.

                                          El atardecer junto al atlántico es digno de postal, un gran contraste de colores que se mezclan entre las nubes, el cielo y tierra, todo salpicado por un océano inmenso.





                                          Encontramos una casa donde se anuncia su alquiler a modo de B&B, pero cuando paramos a preguntar la amable señora nos explica que suelen ser alquileres largos, de más de cuatro días.

                                          De todas formas nos da las indicaciones de otra casa en el pueblo vecino que, según sus indicaciones, parece ajustarse a nuestras necesidades.

                                          El siguiente pueblo se llama Kommetjie, nos dirigimos a la casa indicada y allí nos atiende Susi, una inglesa afincada en Sudáfrica y que tiene un pequeño negocio de casas de alquiler junto a la playa, Pelican Place.

                                          Nos enseña una de ellas, impresionante, una casa enorme con tres habitaciones, dos lavabos, comedor, sala de estar, cocina, jardín que cabe el coche e incluso una cama elástica. Tras negociar el precio decidimos quedarnos y abrir la posibilidad de una noche más en el caso que no tengamos los coches mañana aún.

                                          Tras instalarnos, la poca luz que queda aún nos da la posibilidad de bajar los 100 metros que nos separan de la playa y ver el atardecer desde ella, mientras los niños juegan con una blanca arena llena de extrañas algas.











                                          Una escapada hasta un súper cercano nos permite hacernos la cena, tras la cual los niños se quedan dormidos y pasamos a descargar fotos y escribir algo de crónica que enviar a la página web.

                                          Charlamos animadamente sobre qué haremos al día siguiente y decidimos seguir con el turismo. Hemos visto una zona en el mapa que puede ser bonita, mañana lo comprobaremos.

                                          El nuevo día se presenta radiante, parece ser que las nubes se quedan en Cape Town y un sol radiante nos anima a recoger trastos y salir zumbando a visitar sitios, no sin antes convertirnos en niños de nuevo y pegar unos cuantos saltos en la cama elástica. Y que Jose se casque el cuello para todo el viaje!





                                          Nuestro camino nos lleva hasta Silvermine, una antigua mina de plata actualmente convertida en parque natural donde llevan a los abuelitos del INSERSO Sudafricano. Se encuentra situado directamente detrás del Table Mountain y es un buen sitio para caminar, aunque lo habría disfrutado más si no hubiera tenido que llevar a Marc encima la mitad del camino. Aún y con todo hemos estado más de media hora caminando.








                                          Llegando a Cape Town, subimos hasta el Table Mountain desde el que tenemos unas vistas aéreas de toda la ciudad. Observamos con una lagrimilla el puerto y pensamos donde estarán nuestros coches. También vemos las obras del estadio para el próximo mundial de fútbol que se celebrará en Sudáfrica.





                                          Una llamada de la gente de Röhlig nos saca del sueño. Nos instan a pasar por sus oficinas ya que tienen noticias. Bravo!!

                                          Buscamos un sitio rápido donde comer y comprobamos que los KFC son iguales en todo el mundo, aunque aquí mucho más baratos. Nos ponemos como el kiko de pollo y patatas y vamos a ver qué buenas nuevas tienen para nosotros.

                                          En Röhlig nos dan una buena noticia, mañana a las once de la mañana tenemos el Custom Examination, es decir, que viene el señor de aduanas a abrir nuestro contenedor y comprobar que lleva lo que decimos que lleva. No son capaces de aclararnos si eso quiere decir que podremos llevarnos los coches o no, así que la incertidumbre sigue sobre nuestras cabezas.





                                          Salimos de Röhlig y nos dirigimos a la dirección que nos han dado y donde se supone que mañana tenemos la cita. Pensamos que es mejor que sepamos cómo llegar ya que han sido muy insistentes en que a las once en punto estemos allí.

                                          El almacén está lleno de contenedores y una pregunta en sus oficinas nos alivia sabiendo que nuestro contenedor sí que está entre ellos, y que como bien nos han dicho tiene programado un Custom Examination mañana a las once.

                                          Preguntamos si mañana podremos llevarnos los vehículos y la chica nos contesta que si el agente de aduanas da el visto bueno a la mercancía no debería haber ningún problema. Esta versión difiere de la dada por la gente de Röhlig, así que con la mosca detrás de la oreja volvemos a nuestro centro de operaciones, donde se produce una situación que aún nos provoca grandes risotadas.

                                          Justo cuando entramos con el coche en el jardín de la casa, aparece un perro ladrando y corriendo con la mandíbula dislocada hacia nosotros. La valentía del grupo se pone a prueba y todos salimos corriendo en las más diversas direcciones, Toñi arrolla a Jose en su camino hacia la casa, Ainhoa se lanza a por Nerea y yo bloqueo el paso del perro hacia Marc, no porque quisiera hacerlo sino porque mi masa corporal se encuentra en línea directa de intercepción con la dirección del can.

                                          Una vez llegados a este punto, se oyen las voces de Susi y el perro vuelve por donde ha venido sin más.

                                          El drama da paso a las carcajadas y acabamos todos tirados en el sillón con lágrimas en los ojos, pensando que en cuanto aparezca un león nos come seguro. Que buen rato!!!

                                          Antes de cenar hacemos una nueva visita a la playa, nos estamos enamorando de los atardeceres…

                                          Viendo las fotos muchos podréis entender porque decíamos en la web que las algas eran como mangueras de bomberos!








                                          Tras la cena, dejamos el equipaje preparado para mañana por la mañana salir temprano hacia Cape Town y ser puntuales en nuestra cita.

                                          La incertidumbre continúa sobre nosotros y deberemos esperar a mañana para saber si por fin nos podremos subir a los Toyota o no.

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