Hola a todos
Comienzo a escribir esta crónica desde el Aeropuerto de Tánger, pues me quedan varias horas para coger el vuelo para Madrid de retorno a casa. Mis compis me han dejado aquí diligentemente a pesar de que van tarde para cruzar la aduana de Ceuta.
En este viaje me he incorporado a última hora de copiloto de Alfredo (Targui), por lo que todos los honores de organización y equipamiento del viaje se lo debo a ellos.
Todos los comentarios de arte, historia, arquitectura etc., son íntegramente cosecha de Targui, por lo que desde aquí agradecerle su gran sapiencia y sus conocimientos multidisciplinares, por no hablar de su don de gentes en Marruecos hablando francés y árabe. Es una gozada bajar con alguien que hable árabe, se les cambia la cara a los locales y se les ve gratamente sorprendidos.
Yo he viajado a mesa puesta (nunca mejor dicho). Vuelo a Tanger, no sin tener que hacer mil esfuerzos para no pasarme de peso con el equipo fotográfico y maleta de ropa. Estoy acostumbrado al toy, a llevar de todo y me cuesta mucho seleccionar el equipo. Salgo del Aeropuerto, para coger un taxi hasta Asilah donde hemos quedado. Tras una muy dura negociación con el taxista y solamente tras ver que no llegan más vuelos accede a llevarme por 20 euros a mi destino. El gasóleo caro en Marruecos está haciendo estragos en los precios, y en la economía de taxistas y transportistas. Me da tiempo a comerme un lenguado en el restaurante de la esquina enfrente del puerto, con una mousse de chocolate de postre. Tengo que aprovechar pues no se qué comeré el resto de los días…..aunque me imagino que esta gente me dará de comer……..
Me da tiempo a darme una breve vuelta por el puerto y tirar algunas fotos. El puerto está de obras. Están haciendo una mega entrada y han puesto una valla muy fea, parecerá dentro de poco un puerto tipo frontera Schengen. Me tomo un té en un café frente al puerto y charlo con el joven dueño. Esta descontento de lo que están haciendo en el puerto, es hijo de los primeros pescadores de Asilah, y entre su curriculum me cuenta que ha trabajado de extra en Quarzazate en las películas de cine, entre otras cosas. Me cuenta que las olas rompían en lo que ahora es el aparcamiento y que el puerto está mal diseñado para las embarcaciones de pesca.
No me da tiempo a aburrirme y llegan mis compañeros de viaje, en realidad sólo conozco a Alfredo con el que tengo amistad hace ya bastantes años.
Son tres coches:
KDJ de Alfredo, un KXR
Nissan Pathfinder de Emilio subido de muelles y amortiguadores de serie.
Toyota hierro serie 70 de Joselito, subido de todo y más.
A priori, hago una primera valoración de los coches, que luego resultó muy errónea. Al que menos cancha le doy es al Pathfinder, después al Toyota hierro, aunque se le ve capaz, y el coche es verdaderamente bonito, se le ve muy antiguo. El más valorado es el KDJ KXR de Targui, pues es como mi Kx pero mejor.
Un pequeño resumen topográfico del viaje al gran Sur.
Salimos de Asilah zumbando y nos plantamos en la Autopista rumbo al gran Sur. Tiramos carretera, de camino compramos unos melones.
Pasamos en Rabat, por el flamante puente nuevo iluminado de noche de color azul, es impresionante.
Llegamos a dormir a Bounika, al Sur de Rabat, donde Targui había reservado y pagado un apartamento por Internet. Es el típico apartamento costero de verano, de un bloque de apartamentos, y estamos solo nosotros. Al entrar el garaje está muy justo, y entran Juan Ramón y Emilio, pero el KXR no entra por los pelos.
El apartamento está muy bien, buena elección de Targui, y sobre todo es barato. Después de dejar las cosas nos liamos con las neveras pues hay algún problemilla. La nevera de Emilio no enfría, y la de Juan Ramón tampoco. Targui se pone con la de Emilio y yo con la de Juan Ramón. El coche de Emilio esta todo impoluto, todo ordenado y colocado. Las conexiones eléctricas rematadas y todo perfecto, pero tiene un cable que le han vendido sulfatado, por lo que hay que cambiar cosas. El coche de Juan Ramón, en una primera ojeada me doy cuenta que es la antítesis… Como dice el… este es un coche de competición…
No hay asiento delantero de copiloto, y hay una capa de medio metro de cosas, todas desordenadas que se extiende por la totalidad del coche exceptuando el asiento del piloto de competi. Yo a veces también soy un poco asin, es decir el desorden es orden , pues sí el encuentra las cosas es válido. Las conexiones eléctricas están fatal, hay cables antiguos por todos los lados, así que le hago-hacemos una ñapa de la masa y la nevera funciona.
Salimos a cenar al pueblo y cenamos ok. Nos sorprende lo cerrado que está todo a las diez de la noche. El dueño del restaurante nos invita a que desalojemos en la tertulia de después de la cena. Vamos al apartamento y continúan las reparaciones Targui le suelda a Emilio un cable y lo deja todo muy profesional.
Nos acostamos, pues todos estamos reventados del viaje y del inicio de expedición. Quizás yo el que menos, pues preparar un coche requiere muchos días de trabajo y preparativos, que en esta ocasión me he podido ahorrar. Hoy hemos hecho según la tablet 244 kilómetros desde Asilah, más lo que llevan ellos desde Ceuta.
LOS BAÑOS Y EL BAÑADOR DE MARJANE.
Desayunamos en el pueblo, y me pongo morado a tostadas. Salimos y vamos a buen ritmo, aunque el coche de Juan Ramón (el Toyota hierro), come mucho aceite a partir de 100 km/h, por lo que el personal le va dando toques por las emisoras para que no se duerma. Por otro lado esto es una ventaja, pues hay muchos radares y nos evitamos pagar multas con la marcheta de crucero que llevamos.
Hablando con Targui, me entero que esta noche llegaremos a unos baños termales. Yo no me he enterado muy bien, la verdad, del viaje, y le pregunto ¿Bueno allí me puedo bañar en bolas no…?. Targui me dice que no, córcholis pues no tengo bañador, habrá que comprar uno de camino.
Circunvalamos Maraquesh, y se ve el Atlas imponente, pero con muy poca nieve para estas fechas. El cambio climático está haciendo estragos en Europa y en el Atlas. En mi casa de la sierra de Madrid es habitual que nieve en la primera quincena de octubre, estamos a principios de noviembre y no ha caído un copo.
Comienzo a escribir esta crónica desde el Aeropuerto de Tánger, pues me quedan varias horas para coger el vuelo para Madrid de retorno a casa. Mis compis me han dejado aquí diligentemente a pesar de que van tarde para cruzar la aduana de Ceuta.
En este viaje me he incorporado a última hora de copiloto de Alfredo (Targui), por lo que todos los honores de organización y equipamiento del viaje se lo debo a ellos.
Todos los comentarios de arte, historia, arquitectura etc., son íntegramente cosecha de Targui, por lo que desde aquí agradecerle su gran sapiencia y sus conocimientos multidisciplinares, por no hablar de su don de gentes en Marruecos hablando francés y árabe. Es una gozada bajar con alguien que hable árabe, se les cambia la cara a los locales y se les ve gratamente sorprendidos.
Yo he viajado a mesa puesta (nunca mejor dicho). Vuelo a Tanger, no sin tener que hacer mil esfuerzos para no pasarme de peso con el equipo fotográfico y maleta de ropa. Estoy acostumbrado al toy, a llevar de todo y me cuesta mucho seleccionar el equipo. Salgo del Aeropuerto, para coger un taxi hasta Asilah donde hemos quedado. Tras una muy dura negociación con el taxista y solamente tras ver que no llegan más vuelos accede a llevarme por 20 euros a mi destino. El gasóleo caro en Marruecos está haciendo estragos en los precios, y en la economía de taxistas y transportistas. Me da tiempo a comerme un lenguado en el restaurante de la esquina enfrente del puerto, con una mousse de chocolate de postre. Tengo que aprovechar pues no se qué comeré el resto de los días…..aunque me imagino que esta gente me dará de comer……..
Me da tiempo a darme una breve vuelta por el puerto y tirar algunas fotos. El puerto está de obras. Están haciendo una mega entrada y han puesto una valla muy fea, parecerá dentro de poco un puerto tipo frontera Schengen. Me tomo un té en un café frente al puerto y charlo con el joven dueño. Esta descontento de lo que están haciendo en el puerto, es hijo de los primeros pescadores de Asilah, y entre su curriculum me cuenta que ha trabajado de extra en Quarzazate en las películas de cine, entre otras cosas. Me cuenta que las olas rompían en lo que ahora es el aparcamiento y que el puerto está mal diseñado para las embarcaciones de pesca.
No me da tiempo a aburrirme y llegan mis compañeros de viaje, en realidad sólo conozco a Alfredo con el que tengo amistad hace ya bastantes años.
Son tres coches:
KDJ de Alfredo, un KXR
Nissan Pathfinder de Emilio subido de muelles y amortiguadores de serie.
Toyota hierro serie 70 de Joselito, subido de todo y más.
A priori, hago una primera valoración de los coches, que luego resultó muy errónea. Al que menos cancha le doy es al Pathfinder, después al Toyota hierro, aunque se le ve capaz, y el coche es verdaderamente bonito, se le ve muy antiguo. El más valorado es el KDJ KXR de Targui, pues es como mi Kx pero mejor.
Un pequeño resumen topográfico del viaje al gran Sur.
Salimos de Asilah zumbando y nos plantamos en la Autopista rumbo al gran Sur. Tiramos carretera, de camino compramos unos melones.
Pasamos en Rabat, por el flamante puente nuevo iluminado de noche de color azul, es impresionante.
Llegamos a dormir a Bounika, al Sur de Rabat, donde Targui había reservado y pagado un apartamento por Internet. Es el típico apartamento costero de verano, de un bloque de apartamentos, y estamos solo nosotros. Al entrar el garaje está muy justo, y entran Juan Ramón y Emilio, pero el KXR no entra por los pelos.
El apartamento está muy bien, buena elección de Targui, y sobre todo es barato. Después de dejar las cosas nos liamos con las neveras pues hay algún problemilla. La nevera de Emilio no enfría, y la de Juan Ramón tampoco. Targui se pone con la de Emilio y yo con la de Juan Ramón. El coche de Emilio esta todo impoluto, todo ordenado y colocado. Las conexiones eléctricas rematadas y todo perfecto, pero tiene un cable que le han vendido sulfatado, por lo que hay que cambiar cosas. El coche de Juan Ramón, en una primera ojeada me doy cuenta que es la antítesis… Como dice el… este es un coche de competición…
No hay asiento delantero de copiloto, y hay una capa de medio metro de cosas, todas desordenadas que se extiende por la totalidad del coche exceptuando el asiento del piloto de competi. Yo a veces también soy un poco asin, es decir el desorden es orden , pues sí el encuentra las cosas es válido. Las conexiones eléctricas están fatal, hay cables antiguos por todos los lados, así que le hago-hacemos una ñapa de la masa y la nevera funciona.
Salimos a cenar al pueblo y cenamos ok. Nos sorprende lo cerrado que está todo a las diez de la noche. El dueño del restaurante nos invita a que desalojemos en la tertulia de después de la cena. Vamos al apartamento y continúan las reparaciones Targui le suelda a Emilio un cable y lo deja todo muy profesional.
Nos acostamos, pues todos estamos reventados del viaje y del inicio de expedición. Quizás yo el que menos, pues preparar un coche requiere muchos días de trabajo y preparativos, que en esta ocasión me he podido ahorrar. Hoy hemos hecho según la tablet 244 kilómetros desde Asilah, más lo que llevan ellos desde Ceuta.
LOS BAÑOS Y EL BAÑADOR DE MARJANE.
Desayunamos en el pueblo, y me pongo morado a tostadas. Salimos y vamos a buen ritmo, aunque el coche de Juan Ramón (el Toyota hierro), come mucho aceite a partir de 100 km/h, por lo que el personal le va dando toques por las emisoras para que no se duerma. Por otro lado esto es una ventaja, pues hay muchos radares y nos evitamos pagar multas con la marcheta de crucero que llevamos.
Hablando con Targui, me entero que esta noche llegaremos a unos baños termales. Yo no me he enterado muy bien, la verdad, del viaje, y le pregunto ¿Bueno allí me puedo bañar en bolas no…?. Targui me dice que no, córcholis pues no tengo bañador, habrá que comprar uno de camino.
Circunvalamos Maraquesh, y se ve el Atlas imponente, pero con muy poca nieve para estas fechas. El cambio climático está haciendo estragos en Europa y en el Atlas. En mi casa de la sierra de Madrid es habitual que nieve en la primera quincena de octubre, estamos a principios de noviembre y no ha caído un copo.
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